Paseo Marítimo

Publicamos un artículo de un colaborador, mejor no se puede describir:

"El paseo marítimo de Algeciras ha sufrido una gran transformación a lo largo de su historia. Recuerdo cómo a principios de los años 60 era todavía un auténtico paseo marítimo con una carretera de doble vía de circulación desde la playa de Los Ladrillos hasta las cercanías del puerto, donde por cuestiones obvias de la época, pasaban muy pocos coches. Separando la línea del mar y para proteger la carretera, tenía una larguísima escollera de piedras, que daba lugar a innumerables pequeñas cuevas marinas, que la gente aprovechaba para coger cangrejos, camarones y otros mariscos, utilizando también estas piedras como plataformas para pescar lanzando los chambeles al mar, pero sobre todo como trampolines para bañarse en verano y hacer competiciones para ir nadando hasta el puerto o la isla verde, o simplemente hasta otras piedras naturales que se encontraban más adentro. La gente joven utilizaba el Paseo Marítimo para el ocio de aquellos tiempos, las piedras tenían nombres tan originales como la verruga, la piedra del padre, la seba, las dos hermanas, los corsarios, etc. Para la gente más mayor era un auténtico paseo de casi dos kilómetros, donde en las tardes y noches de verano el olor a mar contribuía a la sensación de relajación y descanso que produce un buen paseo.
Después de esto, en los años 70, 80 y 90, vinieron los interminables rellenos de terrenos ganados al mar, por el inevitable crecimiento del puerto de Algeciras que cambió totalmente su fisonomía, encontrándonos ahora con una zona muerta que únicamente se ve ocupada unos días al año cada verano, coincidiendo con la operación paso del estrecho. A esta parte de Algeciras se le ha dado en llamar “el llano amarillo”, como si se tratara del título de otra película sobre Vietnam. Hoy, lamentablemente, Algeciras es la única ciudad del mundo, limítrofe con el mar, donde llamamos paseo marítimo a un lugar desde donde ni siquiera se ve el mar, colapsado de vehículos y anegándose en su integridad cuando caen 4 gotas, por otra parte ahora muy frecuentes como ocurría también en los años 60. Parece mentira que el crecimiento tan espectacular del puerto de Algeciras, repito de Algeciras, que tan pingües beneficios ha reportado a la Autoridad Portuaria como organismo autónomo independiente, haya repercutido tan poco en favor de la ciudad que lleva su nombre. En mi opinión, después de tantos años siendo líderes en España y uno de los primeros puertos europeos en tráfico de mercancías, que no sabemos hasta cuándo puede durar -a pesar de las buenas expectativas-, estamos perdiendo la oportunidad histórica de aprovechar esta situación para beneficio de la ciudad. Como consecuencia del crecimiento del puerto, también la ciudad crece a gran ritmo, por lo que Algeciras no puede esperar más y necesita de una avenida, en lo que hoy es la Avda. virgen del Carmen, amplia y que contenga un gran bulevar que permita la circulación de vehículos por tres carriles en ambas direcciones, ocupando para ello el llano amarillo y orillando la zona más cercana al mar con un gran paseo que podamos decir, ahora sí, que es un paseo marítimo. Creo que no sería tan difícil encontrar una alternativa a los problemas ocasionados por la operación paso del estrecho.
No sé si estas iniciativas deben correr a cargo de los políticos que gestionan el Ayuntamiento, o si por el contrario, deben corresponder a la Autoridad Portuaria, pero de lo que no cabe duda es que nuestros políticos municipales tienen que estar en buena sintonía con el puerto para negociar y exigir que una parte de los beneficios que obtienen sean destinados a mejoras en la ciudad, sobre todo cuando se tratan de mejoras en la zona portuaria, porque de lo contrario, cuando -esperemos que dentro de muchos años- se haya perdido el liderazgo que ahora tiene el puerto de Algeciras y se haga balance de lo que ha supuesto para la ciudad, nos daremos cuenta que no ha estado en consonancia con los beneficios obtenidos. Entonces llegará la hora de culpar a los mandatarios municipales que dirigieron la ciudad en esta época dorada."

Gracias Juan Barreno por tu colaboración.